Na procura de Xesús Nieto Pena (IV)
Xesús González Gómez.
A inicios de 1935, Xesús Nieto Pena continúa a colaborar en Heraldo de Madrid e enceta a súa colaboración na prensa galega, sobre todo en El Pueblo Gallego, xornal en que inicia a súa colaboración cun artigo titulado: «El poeta Feliciano Rolán ha muerto» (20 de xaneiro). Outras colaboracións súas no xornal vigués naquel 1935 tratan temas como: «Álvaro Cunqueiro y lo racial» (27 de xaneiro), «Errores de la “vanguardia” y la “retaguardia”» (24 de febreiro), «Depuración y lírica» (14 de marzo), «Antología de la poesía en Galicia (1900-1935)» (5 de marzo), «Poemas de Rolán y de Cunqueiro en la Magdalena» (5 de setembro), «Regreso a Galicia. Ante la tumba de sir John Moore» (28 de decembro), e colabora esporadicamente no semanario Ahora, dirixido por Manuel Chaves Nogales, e en ABC
Tamén continuou o seu labor como secretario de prensa da Universidade Internacional de Santander, e durante as semanas que duran os cursos na devandita universidade, á parte de enviar crónicas e entrevistas ao mencionado xornal madrileño, colabora tamén en El Cantábrico, de Santander. Unha das entrevistas que realiza, ao romanista e profesor da Universidade de Göttingen, Alfonso (sic) Hilka terá certa importancia na vida de Nieto Pena, como veremos máis adiante.
Forma tamén parte do comité de homenaxe ao falecido poeta, natural da Guarda, Feliciano Rolán e participa no acto que se realiza en febreiro de 1935, no Lyceum Club Femenimo, de Madrid, como representante da Universidade de Santiago, na que o poeta falecido era profesor auxiliar. Así mesmo, xunto con Cunqueiro, Iglesia Alvariño, García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Benjamín Jarnés, A. Marquerie…, participa no libro de homenaxe ao propio Rolán que se publica ese ano. Dá diversas conferencias en Santander durante a celebración da Universidade Internacional, conferencias case que todas sobre temas galegos: música, pintura, etc., ao mesmo tempo que presenta diversos conferenciantes e case cada día resume o que aconteceu na universidade para unha emisora de radio santanderina.
Tamén nese 1935, diversos xornais españois: La voz e Diario de Córdoba (ambos desa cidade andaluza), El Progreso (Lugo), El día (Palma de Mallorca), Heraldo de Zamora, Hoy (Sta. Cruz de Tenerife), etc., reproducen diversos artigos seus que, imaxinamos, foron enviados a algunha axencia de prensa. E tamén colabora no número 2 da revista de literatura Norte, que se publicaba en Bilbao. Por outra banda, á parte das conferencias e recitais que daba aquí e acolá –unha delas, en Lugo, o 29 de decembro dese ano, sobre música galega: debeu ser nesa ocasión cando Ánxel Fole o coñeceu– sobre todo en Galicia e Madrid, aínda tiña tempo para idear revistas, segundo se pode ler, por exemplo, no número 13, novembro de 1935, de La Gaceta del libro (de Valencia): «Jesús Nieto Pena trabaja por conseguir para España la fundación de un gran periódico literario». E na madrileña Eco. revista de literatura, no número 10 (xuño de 1935), na sección «Apuntes», pódese ler: «XESUS NIETO PENA, entusiasta del hispanoamericanismo y de todos los proyectos literarios interesantes, planea ahora la publicación de una revista hispanoamericana con una Cooperativa aneja para editar libros a los nuevos autores mediante un original sistema de suscripciones. Para su revista cuenta ya con los hispanistas extranjeros más destacados, así como con valiosas colaboraciones españolas. Para el otoño tendrá concretado Nieto Pena su proyecto, que se anunciará convenientemente a la aficción literaria». Que saibamos nós, Nieto Pena non creou ningunha revista.
Acabando o ano, na revista Almena, sucesora de Prisma, editada polos alumnos de Filosofía e Letras da Universidade de Madrid, Xesús Nieto Pena, no número de novembro dese ano, publica un longo traballo titulado «De arte pictórica, Juan Ismael». Juan Ismael foi un interesante pintor canario adscrito, ou que adscriben, ao surrealismo. O escritor galego entendeu un pouquiño de que trataba o surrealismo. Vexamos uns fragmentos deste ensaio: «En el surrealismo se manejan “cosas” y “conceptos” existentes en toda organización humana, pero no es un juego explicable para ser explicado; los surrealistas no pretenden explicar. El surrealismo pide que la imaginación sea libre para representar… y “la expresión ha de renovarse con “personal acento”. Y, lo que propugna, cierto, lo que exige, es desentrañar ese depósito de emoción y misterio latente bajo la conciencia humana, arrancar de nuestra lira oculta la melodía original y el anhelo PRIMARIO. Pero el hombre “está ya fundido para lo colectivo, casi sin individualidad”. ¡He aquí el drama! La individualidad está sumergida, el plano de nuestra conciencia individual, de nuestras resoluciones intelectuales, no responde al conjunto en gráfico libremente asimilado por vias naturales, sino que entran, en avalancha, verdades colectivas que se imponen universal o nacionalmente. Se quiere hacer del individuo “todos los individuos” mi yo es el tuyo y el de los demás, cuando hablemos del ser del mar y de las alturas… Nuestra organización mental y expresiva es lógica, sistemática, construida con arreglo a categorías artificiales. Estamos para el surrealismo –y yo diría que para la Verdad– robados por la retina».
Diciamos que ningún dos proxectos de revistas que, teoricamente, pensou Nieto Pena se realizou. Non obstante, quizais era a partir da devandita revista, de Almena, que intentaba iniciar unha nova revista literaria, xa que nese número da revista madrileña, ademais do seu escrito, publícase un poema de Juan Ramón Jiménez (que Nieto Pena coñecía a raíz da homenaxe a Feliciano Rolán), de Gerardo Diego (co que coincidira en Santander e do que será anos despois editor), o poema «Elegía duelo y Tiniebla por Roberto Novoa Santos», de Virgilio Nóvoa Gil, que tamén asina unha recensión de páxina e media de O muiño albeiro, de Ánxel Sevillano, e máis un diálogo de Nóvoa Santos titulado: «A la sombra del Árbol de la Muerte». Polo que levo transcrito, non dubido de que ese numero de Almena foi argallado por Xesús Nieto Pena.
E xa acabando o ano, o 27 de decembro, El Pueblo Gallego dá a seguinte noticia:
Velaquí un dos artigos de Nieto Pena publicado no devandito xornal vigués:
Propósito
Antología de la poesía en Galicia (1900-1935)
No sin temor –temor que lima la individual audacia– inicié una serie de trabajos que se continuarán en estas columnas sobre la Poesía gallega. Porque dice el refrán «es más fácil predicar…» Y que no se quedara en predicación sola, era mi voluntad. Del sermón al ejemplo, a la selección, a la Antología… Sobre esto de la «Antología» escribió Unamuno hace meses un sabroso comentario. ¿Antología o Andología? Y antes y después que Unamuno, muchos comentarios vimos, o escuchamos, en torno al significado moderno de Antología. Urgía, urge seleccionar los poemas vivos de nuestra Poesía y darlos a conocer a manera, sino de norma, de orientación. ¡Qué desorientados andamos los gallegos en este mar de la vida! Acostumbrados virtuosamente a la lección del paisaje y del sentimiento vernáculo, nos duele abrir los ojos en otras constelaciones humanas y ¡ay! singularmente en la de la Historia. Por la Historia se sabe lo qué fue y no es, lo qué es y lo qué habrá de ser. Ciegas para el amor intelectual, aquel que consumía a Spinoza, permanecieron generaciones enteras y no de las más lejanas en el tiempo. Ciegas para nuestro destino. ¿Sabemos hoy acaso lo qué fuimos, lo qué somos y lo qué debemos ser, como pueblo, como cultura? Indiferencia ante la Historia. Pereza ante el destino. Y como consecuencia de ambas no es posible padecer el dulce amor de una Cultura gallega. He ahí la escueta realidad palpable, dura y triste realidad para la cual los cantos de alabanza del exaltado afecto nacionalista no suponen nada. Cuanto de útil y remediable, abogados insignes de Galicia, de los anhelos intelectuales de Galicia, dejaron en la Monografía, en el Ensayo, en el Poema y en el Arte, se condenó al olvido. Hay un conocimiento popular y general de lo superficial de nuestras tradiciones que pretende salvar a nuestra Patria chica de un modestísimo rincón del Planeta, elevándolo a Patria en nombre de prestigios individuales.
Es un conocimiento semejante al que tienen de España esos alumnos extranjeros de las Residencias españolas, en España y fuera de España, los cuales nos aman por lo «anecdótico», por lo «castizo». Y este es el drama de nuestros hermanos de América, de los gallegos emigrados… No tienen más que el afecto sentimental, el amor de buena ley, sencilla y honda pasión biológica por el paisaje y las criaturas humanas. Por eso tan hermoso, desde el punto de vista patriótico, que es el orgullo racial, esa certidumbre sana de amar lo más amable del mundo, esa seguridad de no ser inferiores a otros pueblos en obra y gracia, en inteligencia, ese elevado anhelo de poseer y ser poseído en el manantial vernáculo de las más finas ideas, no nos es licito esgrimirlo, ni lo esgrimen esos amantísimos patriotas, porque aun poseyendo Galicia un indudable tesoro espiritual, las joyas de ese tesoro son casi desconocidas. Y conste que no se nos va del corazón y del pensamiento la presencia de ese gran Faro céltico, nuestro Seminario de Estudos Galegos, único bajel de nuestra desordenada y confusa Cultura. Pero la magna labor del Seminario requiere una asistencia de todos, y esto es lo que le falta para que su trabajo no se quede en silencio, en ese silencio admirativo de las minorías cultas, porque dicho silencio es incapaz de redimir a un pueblo. ¡Cuán distinta la realidad de Cataluña! Nuestros valores más positivos se nos van por el atractivo paisaje cultural de Castilla, mientras el pensamiento catalán se nutre con lo mejor y más laborioso de la Universidad, y sobre todo con las juventudes. Es de creer que esta deserción, apreciable hoy más que nunca, obedece a la falta de estímulos que contiene el ideal de Cultura gallega. ¡Y conste que no somos separatistas, ni caeremos jamás en tal absurdo! Una constante atención por los brotes poéticos de nuestro árbol literario nos ha permitido comprobar el grave error de los escasos autores de antologías de prosa y verso gallegos. Este error está en retirar del campo gallego lo que galleguísimos literatos escribieron en castellano por carecer de idioma vernáculo o por no resignarse a su fatal limitación. Todavía no sabemos quién escribe en buen gallego, si Otero Pedrayo o Manuel Antonio. Si Cabanillas o Álvaro de las Casas. Pero todo el mundo escribe con notables diferencias de sintaxis y ortografía. Con lo cual no es justo eliminar de la literatura gallega al que siendo gallego escribe en castellano, porque este es un idioma preciso y bien construido. Buena desgracia es que sea un modesto escritor como el que escribe, quien señale estas confusiones con honradez, según la buena ley crítica. Eliminando a poetas gallegos que escriben en castellano, por esa necesidad de expresión citada, se elimina uno de los mayores valores del galleguismo: la expansión lírica, la efusión literaria de nuestro pueblo, y el signo racial. Nuestro propósito de ofrecer una Antología de la Poesía en Galicia desde finales del siglo 19 al momento actual, cuida de servir este criterio personal, y procurará también una orientación sana sobre estos problemas de la Literatura y la Poesía contemporánea. Nos sería muy grato, antes de terminar esta obra, comenzada hace más de un año, recibir de quien quiera que sea, en privado o en público, observaciones pertinentes y aportaciones útiles, a fin de que el trabajo salga a cumplir un papel importante y evite al crítico el vicio que comenta en estas breves líneas.
P.D. –Atendiendo al interés de las Letras y como derivación de nuestros artículos en torno a los Cancioneros Galaicoportugueses, el editor madrileño Sr. Noreña nos ha encomendado una edición fiel a la letra original, con prólogo y notas críticas. Este mismo editor acaba de publicar el Homenaje a Feliciano Rolán, donde se recogen artículos y poesías publicados en honor del fallecido poeta, y prepara una edición especial de las poesías de Manuel Antonio.